Son mellizos de 20 años de edad, se llaman Ángela y Julio, ambos estudian en la misma universidad. Ella, Ciencias de la Comunicación y en tanto él, Psicología. A ambos se les veía muy inquietos ya que la Universidad había decretado 90 días de vacaciones, lo que equivale a decir que no irán al centro de estudios hasta el martes 01 de abril de 2008.
Empecé a notar una gran preocupación en estos jóvenes, por quehacer en los tres meses de vacaciones estudiantiles; después de deliberar lo que podrían hacer, llegaron a la conclusión que debían buscar un trabajo decente y que pagaran bien. La primera indagación fue a través del Diario “El Comercio”, pero no les dio mucho resultado; luego procedieron a caminar varios días por la gran Lima, entre los Distritos de Pueblo Libre, Lince y Magdalena, querían algo cerca de su casa, para no gastar en pasajes.
Por fin encontraron algo, Ángela cerca del Mercado de Magdalena, en un chifa de unos chinos chinos, es decir, los dueños, esposa y esposo, son oriundos y crecidos en Asia, hablan muy poco el Idioma Español, ambos están entre 50 y 55 años de edad, también trabajan otros familiares de estos chinos, especialmente los cocineros. Es un chifa para sectores medios para abajo.
A Ángela, en la entrevista que sostuvo con la esposa, le dijeron que su tarea era atender a los comensales como moza; que debía estar siempre dispuesta a tratar bien a la clientela, desde las 11 de la mañana que ingresaba hasta las 12 de la noche, que salía. El sueldo era de S/. 90.00 semanal, S/.60.00 mensual., dada la necesidad, Ángela aceptó las reglas del juego impuestos por el mercado laboral globalizado.
Ella comenzó a trabajar, dándose con la ingrata sorpresa que también debía lavar platos, hacer limpieza de todo el chifa, incluyendo el baño, la cocina y las órdenes que le daban no eran de buena manera, eran gritos destemplados que salían de la boca de los chinos, que de paso tenían una apariencia no muy bien presentable. La salida del trabajo por supuesto no era a las 12 de la noche, la misma se prolonga hasta aproximadamente a la 1 de la mañana.
A pesar de estas incomodidades, Ángela llego al fin de la primera semana, le tocaba recibir su primer pago, ¡oh sorpresa! no era los S/. 90.00, sino S/. 80.00, le manifestaron que le iban a retener S/. 10.00 semanal en previsión, en caso decida renunciar antes de cumplido el mes. Por el dinero recibido no le hicieron firmar ningún recibo o boleta de pago. Estos chinos están bien globalizados, para ellos la boleta de pagos ya es arqueología.
De otro lado, Julio consiguió trabajo también, en un chifa, pero en la Avenida Garzón, éste tiene mejor presentación e infraestructura, los clientes pagan con tarjeta de crédito, llegan en camionetas 4x4, dejan propinas, un día tuvo hasta S/. 11.00 de propina, en cambio, a Ángela no le dejan propina, los clientes son misios.
A Julio, también le dijeron que el horario era desde las 11 del mediodía hasta las 12 de la noche, 6 días a la semana, a S/. 100.00, o sea, S/. 400.00 mensual. Igual que a Ángela, era para mozo, pero lava platos, hace de vigilante del local, cuida los vehículos de la clientela, atiende en las mesas a comensales, limpia y barre el local. Bueno con él si han cumplido con pagarle su sueldo completo, como lo acordado, pero sin firmar nada. Tampoco sale a las 12 de la noche, por supuesto; la globalización y la competitividad no lo permite, ¿No Señor Althaus?.
El actual Gobierno ha decretado que la Remuneración Mínima Vital es de S/. 550.00, por ocho horas diarias de trabajo, lo que viene a representar aproximadamente a razón de S/. 22.92 por día, vale decir, a S/. 2.86 por horas.
Estos jóvenes laboran como mínimo 13 horas diarias, pero solamente les pagan por ocho horas diarias. Los chinos dueños de los chifas, personajes de “Los Miserables” se quedan con mínimos 5 horas diarias. Las normas legales estipulan que después de la jornada laboral, cada hora extra tiene un pago adicional, mínimo del 25% más.
A Angelita, los chinos dueños del chifa le pagan S/. 190.00 menos que el mínimo legal, tampoco le abonan 5 horas diarias a S/. 2.86 cada una, lo que al mes da S/. 371.80, que sumado a los S/. 190.00 por menor pago, le están restando S/. 561.80 de lo que le corresponde.
A Julito, los otros chinos le están restando S/. 150.00 y además no le pagan 5 horas diarias a razón de S/.2.86 cada horas, lo que al mes da S/. 371.80, menos, en total le dejan de pagar de S/. 521.80.
Los chinos a Ángela sólo le abonan S/ 360.00 y le dejan de pagar S/. 561.80, a Julio le pagan S/. 400.00 y le retienen S/. 521.80, es decir, los dueños de cada chifa les retienen cada uno, más de lo que reciben estos jóvenes trabajadores y estudiantes.
Seguramente, que estos chinos, como muchos otros, tienen autos marca volvo o mercedes, poseen cuentas de ahorro y/o corriente en el extranjero, veranean en Asia o viven en las Casuarinas, se van de turismo al extranjero, sus hijos estudian en las universidades privadas más costosas del país, cenan con otros empresarios y asisten a la reuniones de los gremios empresariales, van a las recepciones de embajadas, toman lonche con propietarios de tv y radio, son asistidos por los Mariategui; pero se quedan con parte de los miserables sueldos que les pagan a sus trabajadores ¿Qué viva la Globalización?.
Los Vargas Llosa, los Althaus, los Oppenheimer, estarán sumamente contentos y felices que sus concepciones filosóficas, políticas y económicas, estén funcionando de mil maravillas en el mundo, ellos que pregonan a los cuatro vientos el catecismo del liberalismo globalizado y la flexibilización de la mano de obra, sentirán que luchar en aras de que los ricos sean más ricos, vale la pena y de paso, también gozan de los privilegios de economía reinante.
Finalmente, algo parecido pasa en una centro de salud de una céntrica avenida limeña. Un día tuve que hacer una visita para que el médico me revisara, después de consulta pase por la farmacia para adquirir medicina, llegando a caja escucho decir a la cajera que le decía a su compañera, que ya parara por que ya eran las 7 de la noche.
Entonces, le dije a la cajera, señorita mejor pues, cuando mas tiempo se queda le pagan mas por horas extras; la joven cual lince en su hábitat de inmediato contesta, mire señor, si me pagaran horas extras me quedaría hasta la media noche. Sorprendido exprese, si no le pagan horas extras, trabaje su horario normal, las horas 8 y vaya a descansar a su casa.
Mi sorpresa fue mayor al escuchar la siguiente respuesta, mire señor, nuestra hora de entrada es a las 8 de la mañana y la salida a las 7 de la noche, tenemos la obligación de regalarle a la Empresa dos horas diarias de trabajo y si no lo hacemos, sencillamente buscan un buen argumento legal para echarnos a la calle y los beneficios sociales, cuando los pagan, lo hacen cuando se les da la gana.
Y qué dice el sindicato, lo que escuche fue peor; los dueños, los gerentes, abogados y el servicio de vigilancia se han encargado de destruir cualquier intento de organización, no tenemos sindicatos, por eso hacen lo que quieren con nosotros.
Termino escribiendo, los Mártires de Chicago y nuestros valientes trabajadores que lucharon por las 8 horas, no descansan en paz.
sábado, 2 de febrero de 2008
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2 comentarios:
el articulo "la injusticia laboral"refresco mi memoria con su primer trabajo de Jovanny lo contrataron de mesero en un bar y al final termino limpiando los pisos en las mismas condiciones que los gemelos.
que paso, me pregunto muchas vecespensar en hacer politica para vivir de ella,como pasa en los sindicatos que ser dirigentes es un gra negocio.
Al volver a leer su artículo me hizo refrescar la memoria al recordar esos funebres y agotadoras horas de arduo trabajo en el Chifa "Yin chen", no cabe duda que fue mi primer trabajo, la cual me entusiasme mucho por trbajar en lo que se consiga; sin embargo nunca pense que fuera de esa manera.
Una experiencia que al recordarla me egita el olor a arroz chaufa que caracteriza al Chifa.
definitivamente es una injusticia laboral, en la que pienso realizare una nota de prensa en aquellos puestos de trabajo que explotan a sus empleados. Aquella nota de prensa serà presentada al ministerio de trabajo para que haga una plena revisión de control en todas las sedes de negocios.
Gracias tío por su artículo, pero dejeme decirle que en ese tiempo recien teniamos 18 años y no 20... jajajaja!
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