Taxi, señor, voy al Centro de Lima, Jirón Junín a media cuadra de la Avenida Abancay, cuánto me cobra?, ya, le cobro S/. 13.00, entonces vamos. Podemos ir por la Colonial, si claro no tengo inconveniente, lo importante es llegar a mi cita.
Señor que mal que jugó la selección de fútbol, los ecuatorianos nos bailaron todo el partido, nada que ver Farfán, Pizarro, Acasiete, parecía que habían hecho una promesa que cumplían bien, de jugar a perder y así lo hicieron. Bueno le dije al taxista, no son sólo ellos, los jugadores, son los dirigentes los Burgas, los Woodman, la prensa, la crisis moral en que vive el país. El me contesta, entonces no tenemos salida, estamos rejodidos, como palo de gallinero.
Avanzábamos por la avenida La Colonial, el taxista con ganas de conversar, las combis haciendo carrera para ganar pasajeros; otros taxis, de miles de colores, los pocos ómnibuses, también corrían para pelearse para llevar a los de a pie. Los camioneros y autos particulares también pugnaban por salir de los atolladeros, ganar el mejor lugar en la pista, se escucha “concha de tu madre porqué te metes”, “mierda porqué no respetas”. El transporte público y privado es una verdadera trama cuyo escenario son las calles y pistas de nuestra gran ciudad.
Avanzando serenamente el taxista decía, la selección jugó bien mal, en los colegios del estado ya no se hace buena Educación Física, tampoco se practica el deporte como en años anteriores, estamos cada vez peor en fútbol y voley. Le decía claro, claro, solo les interesa el pueblo cuando les da ganancia. Sí, Sí.
Señor, yo tengo un amigo que es de una municipalidad, antes vivía tranquilo dedicado a su trabajo, pobre nomás era, pero se metió a la política; ahora ya tiene carro, chiquito pero tiene, a veces le hago taxi de noche a varios lugares llevando cajas, creo que son de leche, a diferentes casas, son su familia, una vez se le salió y dijo chau tía. Ah, también ya tiene otro canal, es una chiquilla, buenaza, mamacita, se le ve durita, media blanquita, los llevo a comer a buenos sitios, la chiquilla no es del barrio, en cambio su mujer es tía, como él, no pasa nada.
Después de un momento de quedarse callado y pensando un rato, me pregunta, tanto se gana en una municipalidad?, ya usa terno y a veces me da un centavito más para que no hable, claro le cuento a usted porque no lo conoce….. Hacía frío, comentan que es la Niña, el loquerío del público y conductores en pleno apogeo. El auto sigue avanzando, serían las 8:30 de la noche, el taxista hace un movimiento saca del bolsillo de su pantalón el celular y dice:
Alo, Humberto como estás…qué pasa…no pues?……no te pases… yo llegué cerca de las 10:30 de la noche, me vio tu prima Martha,,,,…..no, no digas eso, porque Rosa le va a decir a tu mujer que no dormites en mi casa…es que son mujeres…y, que no te habla………., mira cómprale un regalito o llevale un pollito, ojalá tengas suerte.,,,,,,, mira llego a las 10, te busco para conversar, chau, huevon, como te dejas ampayar…ya, ya, nos vemos, chau.
Ta que, mi amigo, el de la municipalidad, no ha ido a dormir a su casa y quiere decirle a su mujer que ha dormido en mi casa, le dije eso, por que su mujer le va a preguntar a mi mujer y ella le va a decir, que no, que no es cierto y yo voy a tener problemas con las dos por mentiroso.
Su señora ya sospecha, ahora que está en la municipalidad y tiene plata, ya se compra buena ropa, zapatos, corbatas, también se compra buenos olores y hasta se baña todos los días, ja, ja, ja. Que buena suerte que tiene Humberto, a mi me gustaría meterme a la política, para tener algo seguro, porque esto del taxi está jodido, es bien peligroso, te cuadran, hace dos años me robaron mi carrito, hasta ahora no lo recupero, este es alquilado 12 horas diarias, puerta libre. Te ponen papeletas, en el Callao es peor, ese pendejo de Kouri; le digo él ya no es Alcalde, pero él comenzó a poner sus carros con unos equipos que medían la velocidad y después la papeleta llega a tu casa…. El huevon que ahora es alcalde, ha seguido con lo mismo.
Le he pedido a Humberto que me busque un trabajito, por allí en la municipalidad, para dejar esta vaina del taxi, por que sólo sale para el día, ya me cansé de ser misio; claro que si me consigue chamba le voy a dar un buen regalo a mi amigo, por que le gusta la plata; Jefe ta que tener otra mujer sale caro, mire usted, un hotel más o menos S/. 30 soles, un cuarto de pollito cada uno S/. 7, igual un trago, puede ser cervecita, para ponerse en fa S/. 10.00 y un pollito para su casa S/. 20.00, sale más o menos S/. 80.00, cada vez y si es permanente sale más caro.
Y usted, donde trabaja?....le digo soy empleado público, laboro cerca de donde le tome el taxi; de inmediato arremete, gestula como si le hubiera dado cólico renal y pone su cara de suegra no querida; procede a preguntar airadamente, todos los empleados públicos son como mi amigo Humberto?, habla tan igual cuando uno reacciona ante la hediondez. No señor, todos no somos así, existen funcionarios públicos honestos, pulcros, trabajadores que sueñan con la grandeza del país, que no quieren a Burgas y congeneres, y estamos dispuestos a jugárnoslas por los más pobres.
No me engaña, está seguro, así decía Humberto, ahora es otro, ha cambiado bastante, se le ve más tranquilo, bien vestido, con carro y hasta con jerma joven y bonita, parece que ya no es el mismo. Sólo atine a decirle que no imite lo malo, que no se desanime, algún día cambiaremos, por supuesto, si nosotros queremos.
Eran cerca de las 21:30 horas, llegue a mi destino, baje del taxi, mientras esperaba a mi amiga en el Jr. Junín a media cuadra de la Avenida Abancay; la avalancha de pensamientos revolotean mi cerebro, mi cabeza la carcomía la idea de “meterse a la política para salir de pobre o hacerse más rico”, me pregunte ¿estamos tan mal de valores?, ¿qué ha sucedido en mi país?, ¿lograremos revertir este mal¿.
¿Qué hacemos?
domingo, 9 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario