Taxi, señor, voy al Centro de Lima, Jirón Junín a media cuadra de la Avenida Abancay, cuánto me cobra?, ya, le cobro S/. 13.00, entonces vamos. Podemos ir por la Colonial, si claro no tengo inconveniente, lo importante es llegar a mi cita.
Señor que mal que jugó la selección de fútbol, los ecuatorianos nos bailaron todo el partido, nada que ver Farfán, Pizarro, Acasiete, parecía que habían hecho una promesa que cumplían bien, de jugar a perder y así lo hicieron. Bueno le dije al taxista, no son sólo ellos, los jugadores, son los dirigentes los Burgas, los Woodman, la prensa, la crisis moral en que vive el país. El me contesta, entonces no tenemos salida, estamos rejodidos, como palo de gallinero.
Avanzábamos por la avenida La Colonial, el taxista con ganas de conversar, las combis haciendo carrera para ganar pasajeros; otros taxis, de miles de colores, los pocos ómnibuses, también corrían para pelearse para llevar a los de a pie. Los camioneros y autos particulares también pugnaban por salir de los atolladeros, ganar el mejor lugar en la pista, se escucha “concha de tu madre porqué te metes”, “mierda porqué no respetas”. El transporte público y privado es una verdadera trama cuyo escenario son las calles y pistas de nuestra gran ciudad.
Avanzando serenamente el taxista decía, la selección jugó bien mal, en los colegios del estado ya no se hace buena Educación Física, tampoco se practica el deporte como en años anteriores, estamos cada vez peor en fútbol y voley. Le decía claro, claro, solo les interesa el pueblo cuando les da ganancia. Sí, Sí.
Señor, yo tengo un amigo que es de una municipalidad, antes vivía tranquilo dedicado a su trabajo, pobre nomás era, pero se metió a la política; ahora ya tiene carro, chiquito pero tiene, a veces le hago taxi de noche a varios lugares llevando cajas, creo que son de leche, a diferentes casas, son su familia, una vez se le salió y dijo chau tía. Ah, también ya tiene otro canal, es una chiquilla, buenaza, mamacita, se le ve durita, media blanquita, los llevo a comer a buenos sitios, la chiquilla no es del barrio, en cambio su mujer es tía, como él, no pasa nada.
Después de un momento de quedarse callado y pensando un rato, me pregunta, tanto se gana en una municipalidad?, ya usa terno y a veces me da un centavito más para que no hable, claro le cuento a usted porque no lo conoce….. Hacía frío, comentan que es la Niña, el loquerío del público y conductores en pleno apogeo. El auto sigue avanzando, serían las 8:30 de la noche, el taxista hace un movimiento saca del bolsillo de su pantalón el celular y dice:
Alo, Humberto como estás…qué pasa…no pues?……no te pases… yo llegué cerca de las 10:30 de la noche, me vio tu prima Martha,,,,…..no, no digas eso, porque Rosa le va a decir a tu mujer que no dormites en mi casa…es que son mujeres…y, que no te habla………., mira cómprale un regalito o llevale un pollito, ojalá tengas suerte.,,,,,,, mira llego a las 10, te busco para conversar, chau, huevon, como te dejas ampayar…ya, ya, nos vemos, chau.
Ta que, mi amigo, el de la municipalidad, no ha ido a dormir a su casa y quiere decirle a su mujer que ha dormido en mi casa, le dije eso, por que su mujer le va a preguntar a mi mujer y ella le va a decir, que no, que no es cierto y yo voy a tener problemas con las dos por mentiroso.
Su señora ya sospecha, ahora que está en la municipalidad y tiene plata, ya se compra buena ropa, zapatos, corbatas, también se compra buenos olores y hasta se baña todos los días, ja, ja, ja. Que buena suerte que tiene Humberto, a mi me gustaría meterme a la política, para tener algo seguro, porque esto del taxi está jodido, es bien peligroso, te cuadran, hace dos años me robaron mi carrito, hasta ahora no lo recupero, este es alquilado 12 horas diarias, puerta libre. Te ponen papeletas, en el Callao es peor, ese pendejo de Kouri; le digo él ya no es Alcalde, pero él comenzó a poner sus carros con unos equipos que medían la velocidad y después la papeleta llega a tu casa…. El huevon que ahora es alcalde, ha seguido con lo mismo.
Le he pedido a Humberto que me busque un trabajito, por allí en la municipalidad, para dejar esta vaina del taxi, por que sólo sale para el día, ya me cansé de ser misio; claro que si me consigue chamba le voy a dar un buen regalo a mi amigo, por que le gusta la plata; Jefe ta que tener otra mujer sale caro, mire usted, un hotel más o menos S/. 30 soles, un cuarto de pollito cada uno S/. 7, igual un trago, puede ser cervecita, para ponerse en fa S/. 10.00 y un pollito para su casa S/. 20.00, sale más o menos S/. 80.00, cada vez y si es permanente sale más caro.
Y usted, donde trabaja?....le digo soy empleado público, laboro cerca de donde le tome el taxi; de inmediato arremete, gestula como si le hubiera dado cólico renal y pone su cara de suegra no querida; procede a preguntar airadamente, todos los empleados públicos son como mi amigo Humberto?, habla tan igual cuando uno reacciona ante la hediondez. No señor, todos no somos así, existen funcionarios públicos honestos, pulcros, trabajadores que sueñan con la grandeza del país, que no quieren a Burgas y congeneres, y estamos dispuestos a jugárnoslas por los más pobres.
No me engaña, está seguro, así decía Humberto, ahora es otro, ha cambiado bastante, se le ve más tranquilo, bien vestido, con carro y hasta con jerma joven y bonita, parece que ya no es el mismo. Sólo atine a decirle que no imite lo malo, que no se desanime, algún día cambiaremos, por supuesto, si nosotros queremos.
Eran cerca de las 21:30 horas, llegue a mi destino, baje del taxi, mientras esperaba a mi amiga en el Jr. Junín a media cuadra de la Avenida Abancay; la avalancha de pensamientos revolotean mi cerebro, mi cabeza la carcomía la idea de “meterse a la política para salir de pobre o hacerse más rico”, me pregunte ¿estamos tan mal de valores?, ¿qué ha sucedido en mi país?, ¿lograremos revertir este mal¿.
¿Qué hacemos?
domingo, 9 de diciembre de 2007
sábado, 17 de noviembre de 2007
REFLEXIONES SOBRE LA CORRUPCION
El Presidente de INPE (Instituto Nacional Penitenciario), Señor Gustavo Carrión Zavala, mediante Resolución Presidencial Nº 681-2007-INPE/P, publicada en el Diario “El Peruano”, el día 24.10.207, impone sanción administrativa disciplinaria de destitución al Señor Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, agente penitenciario, ex encargado del Fondo para Pagos en Efectivo (FPPE).
Al destituido se le imputa haber recibido S/ 52,000.00 del entonces Administrador del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho, Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, y presumiblemente haberlos entregado sin documentación sustentatoria a la Empresa proveedora de Alimentos RIDAMACE S.A. para la provisión de víveres y posterior preparación de alimentos, sin acreditar el uso y destino del dinero que recibió como custodia.
La citada Resolución, también contiene el descargo del destituido, que entre otras cosas, manifiesta que efectivamente recibió el dinero de manos del Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, en calidad de depósito hasta que el Director de Administración lo disponga y el 16 de octubre de 1996, el Director General de Administración Rolando Falcón Bornaz, dispuso la entrega de S/. 40,000.00 al Gerente General de la Empresa RIDAMACE S.A. con cargo a entregar factura, la misma, que según señala, debía ser entregada al administrador del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho; asimismo, el dinero restante (S/. 12,000.00) debía ser entregado en su totalidad a la Empresa RIDAMACE SA. conforme lo había dispuesto el indicado funcionario.
Dicha Resolución Presidencial centra la responsabilidad en la persona de Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, para nada se refiere al Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, al ex Administrador Rolando Falcón Bornaz y a la Jefa de Tesorería. Tampoco se hace referencia la Empresa RIDAMACE S.A, esto hace suponer que a los no mencionados es esta disposición se les está haciendo el respectivo proceso penal y/o civil en el Poder Judicial.
Respecto a la utilización de los S/. 52,000.00, materia de la Resolución Presidencial, se merece hacer alguna reflexión; estos luctuosos hechos sucedieron en el año 1996, año que se ubican dentro del periodo de la corrupción generalizada del país y quizá la más grande de la historia republicana.
Como hoy todos sabemos la corrupción política, económica y administrativa estaba en pleno apogeo; cual pulpo que tiene atenazada a su presa, este cáncer así tenía copada todas las esferas de la sociedad peruana.
Seguramente, Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, tiene mucha culpa por entregar el dinero, los S/. 52,000.00, sin respectar los procedimientos administrativos establecidos en las normas legales y no requerir del proveedor la documentación sustentatoria del gasto efectuado. No se trata de exculparlo de las malas acciones protagonizadas por este personaje; sino de ubicarlo dentro de su real dimensión.
Pero, es para ponerse a reflexionar un poco; un humilde trabajador público, un técnico pagador, un apellidado Pfari Sahuararua, sin respaldo de nadie, abandonado a su suerte, de la manera más amable, cortés, responsable y hasta con cierto grado de temor; se dirija a su Jefe máximo o a su Director de Administración o a su jefe inmediato, el Jefe de Tesorería y les diga: “Señores, lo siento pero no es procedente que le entregue al proveedor el dinero que tengo en mi poder sin la respectiva factura y además, tengan presente que no se ha realizado ningún proceso de selección; por lo tanto, es imposible que le pueda entregar los S/. 52,000.00 a la Empresa RIDAMACE S.A.”
No me imagino esta escena, parecería una película de ciencia ficción o más de terror, no lo veo al pobre Pfari Sahuararua, palideciendo, tratando de dar un no a los jefes y explicando los argumentos de su decisión. No me imagino que un pobre trabajador sin siquiera protección sindical, con los derechos laborales y humanos violentados, con un entorno nacional en el que la vida del pobre no vale un centavo, tuviera la valentía o se diera el “lujo” de responder en forma negativa a los requerimientos de sus jefes.
Si Pfari Sahuararua no hubiera estado comprometido en la corrupción, se hubiera opuesto, de seguro que el pobre cholo hubiera salido por la ventana, lanzado a patadas, su familia amenazada o hubiese terminado encerrado en una de esas miserables celdas del establecimiento penitenciario en que trabajaba. Seguramente terminaba en la calle trabajando como de taxista, de vendedor ambulante, o mendigando un nuevo trabajo o se hubiera tenido que ir al extranjero de ilegal a limpiar baño a los gringos.
A nivel mundial y en el Perú en particular, para estudiar, determinar, perseguir y sancionar a la corrupción se debe tomar en cuenta un hecho de importante relevancia; me refiero que la conducta corrupta siempre parte de los funcionarios cierta jerarquía, son quienes se encargan de someter o comprometer a los trabajadores de menor rango. Pero de estos funcionarios, los principales instigadores son los jefes máximos o también llamados, titulares de pliego de las entidades públicas.
Casi siempre estos jefes no aparecen directamente, siempre se valen de funcionarios de su absoluta confianza, su círculo más íntimo, siendo éstos los encargados de conducir en forma personal que los actos de corrupción se realicen hasta que los requerimientos del jefe institucional se satisfagan plenamente.
Uno de estos personajes generalmente es el director general de administración, encargado de la administración de los recursos económicos, financieros, humanos y materiales de la institución pública; para lograr su cometido utiliza la persuasión o en su defecto la intimidación, el grito o la amenaza, cuando el servidor de menor nivel no quiere ser participe de esas malas artes. Claro que cuando la corrupción es descubierta el Jefe máximo siempre sale ileso, siendo el Director de Administración el que pone el pecho y el asesor jurídico el que lo limpia de todo proceso legal.
En otros casos, pero muy excepcionalmente, el jefe institucional acciona en forma directa con el involucrado, presionándolo pero de manera diplomática planteando la ejecución de actividad ilícita de manera indirecta, tratando de persuadirlo cuando éste se resiste. En estos casos casi siempre utiliza palabras suaves como “ayúdame a solucionar este tema” o “tengo un amigo que quiere venderle a la entidad” o “ve que puedes hacer por este señor”, etc. Claro que, entre líneas, está forma de dirigirse al subalterno es un orden que debe cumplirse.
En el combate a la corrupción, el país avanzaría mucho más sí aprobará en el corto plazo aprobará el Proyecto de Ley N° 00083/2006 “Ley de Protección del Denunciante” presentado por la Contraloría General de la República, en el año 2006; proyecto que a la fecha ha seguido el siguiente trámite:
- 31/08/2006 Dispensado del Trámite de Comisión - Ac. N° 10-2006-2007/Junta de Portavoces-CR.
- 31/08/2006 Orden del Día - 1/4 intermedio.
-07-08-2006 1/4 intermedio
-14/09/2006 Pasa a... Fiscalización y Contraloría - a pedido de Pdte. Comisión Fiscalización Sr. Reymundo M.
-14/09/2006 Pasa a... Justicia y Derechos Humanos
-14/09/2006 En comisión Fiscalización y Contraloría
-14/09/2006 En comisión Justicia y Derechos Humanos – Fiscalización
- 06/10/2006 Dictamen Favorable Sustitutorio Fiscalización y Contraloría Unanimidad
- Falta dict. Justicia.-En Agenda: 24.10.06.
- 26/10/2006 Orden del Día - Pendiente dictamen Justicia
- 21/11/2006 Dictamen Favorable Sustitutorio Justicia y Derechos Humanos Mayoría
- En Agenda: 21.11.06./30-11-06 1/4 intermedio
Es de suma importancia que el país cuente con una ley de protección del denunciante, ya que muchos servidores de la Administración Pública, así como del público usuario, conocen muy de cerca actos de corrupción y muchas veces no sólo conocen sino que se ven obligados a ser participes de éstos, por temor a perder la posición laboral lograda y en el caso del proveedor, a perder la oportunidad de seguir vendiendo bienes y servicios.
Seguramente, que en el aparato estatal habrán muchos Pfari Sahuararua, que por temor, compromiso o por ganarse alguito se verán comprometidos en la corrupción; pero tampoco tendrán la opción de denunciar la corruptela, por que se encuentran desguarnecidos sin ningún amparo legal que los pueda proteger a ellos y su familia.
Al destituido se le imputa haber recibido S/ 52,000.00 del entonces Administrador del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho, Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, y presumiblemente haberlos entregado sin documentación sustentatoria a la Empresa proveedora de Alimentos RIDAMACE S.A. para la provisión de víveres y posterior preparación de alimentos, sin acreditar el uso y destino del dinero que recibió como custodia.
La citada Resolución, también contiene el descargo del destituido, que entre otras cosas, manifiesta que efectivamente recibió el dinero de manos del Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, en calidad de depósito hasta que el Director de Administración lo disponga y el 16 de octubre de 1996, el Director General de Administración Rolando Falcón Bornaz, dispuso la entrega de S/. 40,000.00 al Gerente General de la Empresa RIDAMACE S.A. con cargo a entregar factura, la misma, que según señala, debía ser entregada al administrador del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho; asimismo, el dinero restante (S/. 12,000.00) debía ser entregado en su totalidad a la Empresa RIDAMACE SA. conforme lo había dispuesto el indicado funcionario.
Dicha Resolución Presidencial centra la responsabilidad en la persona de Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, para nada se refiere al Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, al ex Administrador Rolando Falcón Bornaz y a la Jefa de Tesorería. Tampoco se hace referencia la Empresa RIDAMACE S.A, esto hace suponer que a los no mencionados es esta disposición se les está haciendo el respectivo proceso penal y/o civil en el Poder Judicial.
Respecto a la utilización de los S/. 52,000.00, materia de la Resolución Presidencial, se merece hacer alguna reflexión; estos luctuosos hechos sucedieron en el año 1996, año que se ubican dentro del periodo de la corrupción generalizada del país y quizá la más grande de la historia republicana.
Como hoy todos sabemos la corrupción política, económica y administrativa estaba en pleno apogeo; cual pulpo que tiene atenazada a su presa, este cáncer así tenía copada todas las esferas de la sociedad peruana.
Seguramente, Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, tiene mucha culpa por entregar el dinero, los S/. 52,000.00, sin respectar los procedimientos administrativos establecidos en las normas legales y no requerir del proveedor la documentación sustentatoria del gasto efectuado. No se trata de exculparlo de las malas acciones protagonizadas por este personaje; sino de ubicarlo dentro de su real dimensión.
Pero, es para ponerse a reflexionar un poco; un humilde trabajador público, un técnico pagador, un apellidado Pfari Sahuararua, sin respaldo de nadie, abandonado a su suerte, de la manera más amable, cortés, responsable y hasta con cierto grado de temor; se dirija a su Jefe máximo o a su Director de Administración o a su jefe inmediato, el Jefe de Tesorería y les diga: “Señores, lo siento pero no es procedente que le entregue al proveedor el dinero que tengo en mi poder sin la respectiva factura y además, tengan presente que no se ha realizado ningún proceso de selección; por lo tanto, es imposible que le pueda entregar los S/. 52,000.00 a la Empresa RIDAMACE S.A.”
No me imagino esta escena, parecería una película de ciencia ficción o más de terror, no lo veo al pobre Pfari Sahuararua, palideciendo, tratando de dar un no a los jefes y explicando los argumentos de su decisión. No me imagino que un pobre trabajador sin siquiera protección sindical, con los derechos laborales y humanos violentados, con un entorno nacional en el que la vida del pobre no vale un centavo, tuviera la valentía o se diera el “lujo” de responder en forma negativa a los requerimientos de sus jefes.
Si Pfari Sahuararua no hubiera estado comprometido en la corrupción, se hubiera opuesto, de seguro que el pobre cholo hubiera salido por la ventana, lanzado a patadas, su familia amenazada o hubiese terminado encerrado en una de esas miserables celdas del establecimiento penitenciario en que trabajaba. Seguramente terminaba en la calle trabajando como de taxista, de vendedor ambulante, o mendigando un nuevo trabajo o se hubiera tenido que ir al extranjero de ilegal a limpiar baño a los gringos.
A nivel mundial y en el Perú en particular, para estudiar, determinar, perseguir y sancionar a la corrupción se debe tomar en cuenta un hecho de importante relevancia; me refiero que la conducta corrupta siempre parte de los funcionarios cierta jerarquía, son quienes se encargan de someter o comprometer a los trabajadores de menor rango. Pero de estos funcionarios, los principales instigadores son los jefes máximos o también llamados, titulares de pliego de las entidades públicas.
Casi siempre estos jefes no aparecen directamente, siempre se valen de funcionarios de su absoluta confianza, su círculo más íntimo, siendo éstos los encargados de conducir en forma personal que los actos de corrupción se realicen hasta que los requerimientos del jefe institucional se satisfagan plenamente.
Uno de estos personajes generalmente es el director general de administración, encargado de la administración de los recursos económicos, financieros, humanos y materiales de la institución pública; para lograr su cometido utiliza la persuasión o en su defecto la intimidación, el grito o la amenaza, cuando el servidor de menor nivel no quiere ser participe de esas malas artes. Claro que cuando la corrupción es descubierta el Jefe máximo siempre sale ileso, siendo el Director de Administración el que pone el pecho y el asesor jurídico el que lo limpia de todo proceso legal.
En otros casos, pero muy excepcionalmente, el jefe institucional acciona en forma directa con el involucrado, presionándolo pero de manera diplomática planteando la ejecución de actividad ilícita de manera indirecta, tratando de persuadirlo cuando éste se resiste. En estos casos casi siempre utiliza palabras suaves como “ayúdame a solucionar este tema” o “tengo un amigo que quiere venderle a la entidad” o “ve que puedes hacer por este señor”, etc. Claro que, entre líneas, está forma de dirigirse al subalterno es un orden que debe cumplirse.
En el combate a la corrupción, el país avanzaría mucho más sí aprobará en el corto plazo aprobará el Proyecto de Ley N° 00083/2006 “Ley de Protección del Denunciante” presentado por la Contraloría General de la República, en el año 2006; proyecto que a la fecha ha seguido el siguiente trámite:
- 31/08/2006 Dispensado del Trámite de Comisión - Ac. N° 10-2006-2007/Junta de Portavoces-CR.
- 31/08/2006 Orden del Día - 1/4 intermedio.
-07-08-2006 1/4 intermedio
-14/09/2006 Pasa a... Fiscalización y Contraloría - a pedido de Pdte. Comisión Fiscalización Sr. Reymundo M.
-14/09/2006 Pasa a... Justicia y Derechos Humanos
-14/09/2006 En comisión Fiscalización y Contraloría
-14/09/2006 En comisión Justicia y Derechos Humanos – Fiscalización
- 06/10/2006 Dictamen Favorable Sustitutorio Fiscalización y Contraloría Unanimidad
- Falta dict. Justicia.-En Agenda: 24.10.06.
- 26/10/2006 Orden del Día - Pendiente dictamen Justicia
- 21/11/2006 Dictamen Favorable Sustitutorio Justicia y Derechos Humanos Mayoría
- En Agenda: 21.11.06./30-11-06 1/4 intermedio
Es de suma importancia que el país cuente con una ley de protección del denunciante, ya que muchos servidores de la Administración Pública, así como del público usuario, conocen muy de cerca actos de corrupción y muchas veces no sólo conocen sino que se ven obligados a ser participes de éstos, por temor a perder la posición laboral lograda y en el caso del proveedor, a perder la oportunidad de seguir vendiendo bienes y servicios.
Seguramente, que en el aparato estatal habrán muchos Pfari Sahuararua, que por temor, compromiso o por ganarse alguito se verán comprometidos en la corrupción; pero tampoco tendrán la opción de denunciar la corruptela, por que se encuentran desguarnecidos sin ningún amparo legal que los pueda proteger a ellos y su familia.
REFLEXIONES SOBRE LA CORRUPCION
El Presidente de INPE (Instituto Nacional Penitenciario), Señor Gustavo Carrión Zavala, mediante Resolución Presidencial Nº 681-2007-INPE/P, publicada en el Diario “El Peruano”, el día 24.10.207, impone sanción administrativa disciplinaria de destitución al Señor Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, agente penitenciario, ex encargado del Fondo para Pagos en Efectivo (FPPE).
Al destituido se le imputa haber recibido S/ 52,000.00 del entonces Administrador del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho, Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, y presumiblemente haberlos entregado sin documentación sustentatoria a la Empresa proveedora de Alimentos RIDAMACE S.A. para la provisión de víveres y posterior preparación de alimentos, sin acreditar el uso y destino del dinero que recibió como custodia.
La citada Resolución, también contiene el descargo del destituido, que entre otras cosas, manifiesta que efectivamente recibió el dinero de manos del Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, en calidad de depósito hasta que el Director de Administración lo disponga y el 16 de octubre de 1996, el Director General de Administración Rolando Falcón Bornaz, dispuso la entrega de S/. 40,000.00 al Gerente General de la Empresa RIDAMACE S.A. con cargo a entregar factura, la misma, que según señala, debía ser entregada al administrador del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho; asimismo, el dinero restante (S/. 12,000.00) debía ser entregado en su totalidad a la Empresa RIDAMACE SA. conforme lo había dispuesto el indicado funcionario.
Dicha Resolución Presidencial centra la responsabilidad en la persona de Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, para nada se refiere al Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, al ex Administrador Rolando Falcón Bornaz y a la Jefa de Tesorería. Tampoco se hace referencia la Empresa RIDAMACE S.A, esto hace suponer que a los no mencionados es esta disposición se les está haciendo el respectivo proceso penal y/o civil en el Poder Judicial.
Respecto a la utilización de los S/. 52,000.00, materia de la Resolución Presidencial, se merece hacer alguna reflexión; estos luctuosos hechos sucedieron en el año 1996, año que se ubican dentro del periodo de la corrupción generalizada del país y quizá la más grande de la historia republicana.
Como hoy todos sabemos la corrupción política, económica y administrativa estaba en pleno apogeo; cual pulpo que tiene atenazada a su presa, este cáncer así tenía copada todas las esferas de la sociedad peruana.
Seguramente, Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, tiene mucha culpa por entregar el dinero, los S/. 52,000.00, sin respectar los procedimientos administrativos establecidos en las normas legales y no requerir del proveedor la documentación sustentatoria del gasto efectuado. No se trata de exculparlo de las malas acciones protagonizadas por este personaje; sino de ubicarlo dentro de su real dimensión.
Pero, es para ponerse a reflexionar un poco; un humilde trabajador público, un técnico pagador, un apellidado Pfari Sahuararua, sin respaldo de nadie, abandonado a su suerte, de la manera más amable, cortés, responsable y hasta con cierto grado de temor; se dirija a su Jefe máximo o a su Director de Administración o a su jefe inmediato, el Jefe de Tesorería y les diga: “Señores, lo siento pero no es procedente que le entregue al proveedor el dinero que tengo en mi poder sin la respectiva factura y además, tengan presente que no se ha realizado ningún proceso de selección; por lo tanto, es imposible que le pueda entregar los S/. 52,000.00 a la Empresa RIDAMACE S.A.”
No me imagino esta escena, parecería una película de ciencia ficción o más de terror, no lo veo al pobre Pfari Sahuararua, palideciendo, tratando de dar un no a los jefes y explicando los argumentos de su decisión. No me imagino que un pobre trabajador sin siquiera protección sindical, con los derechos laborales y humanos violentados, con un entorno nacional en el que la vida del pobre no vale un centavo, tuviera la valentía o se diera el “lujo” de responder en forma negativa a los requerimientos de sus jefes.
Si Pfari Sahuararua no hubiera estado comprometido en la corrupción, se hubiera opuesto, de seguro que el pobre cholo hubiera salido por la ventana, lanzado a patadas, su familia amenazada o hubiese terminado encerrado en una de esas miserables celdas del establecimiento penitenciario en que trabajaba. Seguramente terminaba en la calle trabajando como de taxista, de vendedor ambulante, o mendigando un nuevo trabajo o se hubiera tenido que ir al extranjero de ilegal a limpiar baño a los gringos.
A nivel mundial y en el Perú en particular, para estudiar, determinar, perseguir y sancionar a la corrupción se debe tomar en cuenta un hecho de importante relevancia; me refiero que la conducta corrupta siempre parte de los funcionarios cierta jerarquía, son quienes se encargan de someter o comprometer a los trabajadores de menor rango. Pero de estos funcionarios, los principales instigadores son los jefes máximos o también llamados, titulares de pliego de las entidades públicas.
Casi siempre estos jefes no aparecen directamente, siempre se valen de funcionarios de su absoluta confianza, su círculo más íntimo, siendo éstos los encargados de conducir en forma personal que los actos de corrupción se realicen hasta que los requerimientos del jefe institucional se satisfagan plenamente.
Uno de estos personajes generalmente es el director general de administración, encargado de la administración de los recursos económicos, financieros, humanos y materiales de la institución pública; para lograr su cometido utiliza la persuasión o en su defecto la intimidación, el grito o la amenaza, cuando el servidor de menor nivel no quiere ser participe de esas malas artes. Claro que cuando la corrupción es descubierta el Jefe máximo siempre sale ileso, siendo el Director de Administración el que pone el pecho y el asesor jurídico el que lo limpia de todo proceso legal.
En otros casos, pero muy excepcionalmente, el jefe institucional acciona en forma directa con el involucrado, presionándolo pero de manera diplomática planteando la ejecución de actividad ilícita de manera indirecta, tratando de persuadirlo cuando éste se resiste. En estos casos casi siempre utiliza palabras suaves como “ayúdame a solucionar este tema” o “tengo un amigo que quiere venderle a la entidad” o “ve que puedes hacer por este señor”, etc. Claro que, entre líneas, está forma de dirigirse al subalterno es un orden que debe cumplirse.
En el combate a la corrupción, el país avanzaría mucho más sí aprobará en el corto plazo aprobará el Proyecto de Ley N° 00083/2006 “Ley de Protección del Denunciante” presentado por la Contraloría General de la República, en el año 2006; proyecto que a la fecha ha seguido el siguiente trámite:
- 31/08/2006 Dispensado del Trámite de Comisión - Ac. N° 10-2006-2007/Junta de Portavoces-CR.
- 31/08/2006 Orden del Día - 1/4 intermedio.
-07-08-2006 1/4 intermedio
-14/09/2006 Pasa a... Fiscalización y Contraloría - a pedido de Pdte. Comisión Fiscalización Sr. Reymundo M.
-14/09/2006 Pasa a... Justicia y Derechos Humanos
-14/09/2006 En comisión Fiscalización y Contraloría
-14/09/2006 En comisión Justicia y Derechos Humanos – Fiscalización
- 06/10/2006 Dictamen Favorable Sustitutorio Fiscalización y Contraloría Unanimidad
- Falta dict. Justicia.-En Agenda: 24.10.06.
- 26/10/2006 Orden del Día - Pendiente dictamen Justicia
- 21/11/2006 Dictamen Favorable Sustitutorio Justicia y Derechos Humanos Mayoría
- En Agenda: 21.11.06./30-11-06 1/4 intermedio
Es de suma importancia que el país cuente con una ley de protección del denunciante, ya que muchos servidores de la Administración Pública, así como del público usuario, conocen muy de cerca actos de corrupción y muchas veces no sólo conocen sino que se ven obligados a ser participes de éstos, por temor a perder la posición laboral lograda y en el caso del proveedor, a perder la oportunidad de seguir vendiendo bienes y servicios.
Al destituido se le imputa haber recibido S/ 52,000.00 del entonces Administrador del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho, Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, y presumiblemente haberlos entregado sin documentación sustentatoria a la Empresa proveedora de Alimentos RIDAMACE S.A. para la provisión de víveres y posterior preparación de alimentos, sin acreditar el uso y destino del dinero que recibió como custodia.
La citada Resolución, también contiene el descargo del destituido, que entre otras cosas, manifiesta que efectivamente recibió el dinero de manos del Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, en calidad de depósito hasta que el Director de Administración lo disponga y el 16 de octubre de 1996, el Director General de Administración Rolando Falcón Bornaz, dispuso la entrega de S/. 40,000.00 al Gerente General de la Empresa RIDAMACE S.A. con cargo a entregar factura, la misma, que según señala, debía ser entregada al administrador del Establecimiento Penitenciario de Lurigancho; asimismo, el dinero restante (S/. 12,000.00) debía ser entregado en su totalidad a la Empresa RIDAMACE SA. conforme lo había dispuesto el indicado funcionario.
Dicha Resolución Presidencial centra la responsabilidad en la persona de Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, para nada se refiere al Teniente PNP Augusto Aranda Villanueva, al ex Administrador Rolando Falcón Bornaz y a la Jefa de Tesorería. Tampoco se hace referencia la Empresa RIDAMACE S.A, esto hace suponer que a los no mencionados es esta disposición se les está haciendo el respectivo proceso penal y/o civil en el Poder Judicial.
Respecto a la utilización de los S/. 52,000.00, materia de la Resolución Presidencial, se merece hacer alguna reflexión; estos luctuosos hechos sucedieron en el año 1996, año que se ubican dentro del periodo de la corrupción generalizada del país y quizá la más grande de la historia republicana.
Como hoy todos sabemos la corrupción política, económica y administrativa estaba en pleno apogeo; cual pulpo que tiene atenazada a su presa, este cáncer así tenía copada todas las esferas de la sociedad peruana.
Seguramente, Tomás Rolando Pfari Sahuaraura, tiene mucha culpa por entregar el dinero, los S/. 52,000.00, sin respectar los procedimientos administrativos establecidos en las normas legales y no requerir del proveedor la documentación sustentatoria del gasto efectuado. No se trata de exculparlo de las malas acciones protagonizadas por este personaje; sino de ubicarlo dentro de su real dimensión.
Pero, es para ponerse a reflexionar un poco; un humilde trabajador público, un técnico pagador, un apellidado Pfari Sahuararua, sin respaldo de nadie, abandonado a su suerte, de la manera más amable, cortés, responsable y hasta con cierto grado de temor; se dirija a su Jefe máximo o a su Director de Administración o a su jefe inmediato, el Jefe de Tesorería y les diga: “Señores, lo siento pero no es procedente que le entregue al proveedor el dinero que tengo en mi poder sin la respectiva factura y además, tengan presente que no se ha realizado ningún proceso de selección; por lo tanto, es imposible que le pueda entregar los S/. 52,000.00 a la Empresa RIDAMACE S.A.”
No me imagino esta escena, parecería una película de ciencia ficción o más de terror, no lo veo al pobre Pfari Sahuararua, palideciendo, tratando de dar un no a los jefes y explicando los argumentos de su decisión. No me imagino que un pobre trabajador sin siquiera protección sindical, con los derechos laborales y humanos violentados, con un entorno nacional en el que la vida del pobre no vale un centavo, tuviera la valentía o se diera el “lujo” de responder en forma negativa a los requerimientos de sus jefes.
Si Pfari Sahuararua no hubiera estado comprometido en la corrupción, se hubiera opuesto, de seguro que el pobre cholo hubiera salido por la ventana, lanzado a patadas, su familia amenazada o hubiese terminado encerrado en una de esas miserables celdas del establecimiento penitenciario en que trabajaba. Seguramente terminaba en la calle trabajando como de taxista, de vendedor ambulante, o mendigando un nuevo trabajo o se hubiera tenido que ir al extranjero de ilegal a limpiar baño a los gringos.
A nivel mundial y en el Perú en particular, para estudiar, determinar, perseguir y sancionar a la corrupción se debe tomar en cuenta un hecho de importante relevancia; me refiero que la conducta corrupta siempre parte de los funcionarios cierta jerarquía, son quienes se encargan de someter o comprometer a los trabajadores de menor rango. Pero de estos funcionarios, los principales instigadores son los jefes máximos o también llamados, titulares de pliego de las entidades públicas.
Casi siempre estos jefes no aparecen directamente, siempre se valen de funcionarios de su absoluta confianza, su círculo más íntimo, siendo éstos los encargados de conducir en forma personal que los actos de corrupción se realicen hasta que los requerimientos del jefe institucional se satisfagan plenamente.
Uno de estos personajes generalmente es el director general de administración, encargado de la administración de los recursos económicos, financieros, humanos y materiales de la institución pública; para lograr su cometido utiliza la persuasión o en su defecto la intimidación, el grito o la amenaza, cuando el servidor de menor nivel no quiere ser participe de esas malas artes. Claro que cuando la corrupción es descubierta el Jefe máximo siempre sale ileso, siendo el Director de Administración el que pone el pecho y el asesor jurídico el que lo limpia de todo proceso legal.
En otros casos, pero muy excepcionalmente, el jefe institucional acciona en forma directa con el involucrado, presionándolo pero de manera diplomática planteando la ejecución de actividad ilícita de manera indirecta, tratando de persuadirlo cuando éste se resiste. En estos casos casi siempre utiliza palabras suaves como “ayúdame a solucionar este tema” o “tengo un amigo que quiere venderle a la entidad” o “ve que puedes hacer por este señor”, etc. Claro que, entre líneas, está forma de dirigirse al subalterno es un orden que debe cumplirse.
En el combate a la corrupción, el país avanzaría mucho más sí aprobará en el corto plazo aprobará el Proyecto de Ley N° 00083/2006 “Ley de Protección del Denunciante” presentado por la Contraloría General de la República, en el año 2006; proyecto que a la fecha ha seguido el siguiente trámite:
- 31/08/2006 Dispensado del Trámite de Comisión - Ac. N° 10-2006-2007/Junta de Portavoces-CR.
- 31/08/2006 Orden del Día - 1/4 intermedio.
-07-08-2006 1/4 intermedio
-14/09/2006 Pasa a... Fiscalización y Contraloría - a pedido de Pdte. Comisión Fiscalización Sr. Reymundo M.
-14/09/2006 Pasa a... Justicia y Derechos Humanos
-14/09/2006 En comisión Fiscalización y Contraloría
-14/09/2006 En comisión Justicia y Derechos Humanos – Fiscalización
- 06/10/2006 Dictamen Favorable Sustitutorio Fiscalización y Contraloría Unanimidad
- Falta dict. Justicia.-En Agenda: 24.10.06.
- 26/10/2006 Orden del Día - Pendiente dictamen Justicia
- 21/11/2006 Dictamen Favorable Sustitutorio Justicia y Derechos Humanos Mayoría
- En Agenda: 21.11.06./30-11-06 1/4 intermedio
Es de suma importancia que el país cuente con una ley de protección del denunciante, ya que muchos servidores de la Administración Pública, así como del público usuario, conocen muy de cerca actos de corrupción y muchas veces no sólo conocen sino que se ven obligados a ser participes de éstos, por temor a perder la posición laboral lograda y en el caso del proveedor, a perder la oportunidad de seguir vendiendo bienes y servicios.
sábado, 20 de octubre de 2007
OH CARMELITA
Tenía previsto escribir algo relacionado sobre los hospitales públicos, el poder judicial, la escuela pública, entre otros temas relacionado con el diario trajinar de nuestro país; pero me tope con la noticia sobre esta niña que en vida se llamara CARMELITA.
Mientras la leía, me acorde de “Paco Yunque” del gran César Vallejo, claro que los sucesos que nos brinda las páginas de “La Primera” son mayores a la narración de don César; este terrible hecho sucede en pleno Siglo XXI, entre los años 2000 y 2007.
Mientras la leía, me acorde de “Paco Yunque” del gran César Vallejo, claro que los sucesos que nos brinda las páginas de “La Primera” son mayores a la narración de don César; este terrible hecho sucede en pleno Siglo XXI, entre los años 2000 y 2007.
Por este motivo, prefiero mil veces, reproducir en forma integra esta noticia, postergando para más tarde un nuevo artículo.
Patrón mató a su hija de 13 años
Teófila Sifuentes Flores es una humilde cajamarquina, que como muchísimas mujeres peruanas no sabe y menos aún siente lo que es globalización, democracia e incluso derechos humanos y sociales. También ignora que hay dos clases de solidaridades, la de ciertos profesionales como médicos y jueces que en este sistema siempre defienden al poderoso, como en su caso, y los que sin tener “vela en el entierro” asumen su caso y le brindan todo su apoyo.
Teófila desde su analfabetismo siente lo que es la exclusión, la injusticia, la marginación y el maltrato, pero eso no la ha amilanado sino al contrario le ha inyectado más fuerza para imponerse la titánica tarea de luchar día y noche, como lo hace desde hace siete años, para que la justicia no le siga siendo esquiva y el asesino que mató a su hijita de apenas 13 años, pague su delito y ella pueda al fin lograr algo de tranquilidad.
Y es que desde ese aciago 1 de agosto del 2000 en que le avisaron que su niña Carmelita se había puesto mal y que vaya al hospital regional de Cajamarca, donde crudamente le dijeron que había fallecido, Teófila no ha tenido un momento de tranquilidad.
Mientras enjuga las pocas lágrimas que todavía le quedan recuerda: “no me permitían verla, me exigían que diga de qué mal sufría, les contestaba ninguno, ella es la más sana de mis cinco hijos, nunca enferma, déjenme verla, me botaban fuera de la morgue, de ninguna manera querían que la viera, hasta que empujando entré y la destapé un poquito y pude verla golpeada, con una marca en el cuello y los labios morados, me sacaron a empujones, yo gritaba como loca por mi Carmelita”.
"Ganaba” 100 soles y no estudiaba
Tres meses antes del deceso, una amiga convenció a Teófila para llevar a su hija a trabajar donde la familia Pereira, cuidaría a una pequeña de un año. A la madre no le parecía bien, pero la misma Carmelita insistió: “tú trabajas mucho por nosotros, deja que te ayude”. Y fue asi cómo, en la edad en que la mayoría de niñas se dedican al estudio y al juego que dejó la escuela porque, como muchos, los Pereira querían una doméstica “sin colegio”. Por 100 soles mensuales, Carmelita olvidó su infancia y se dedicó a trabajar.
Todo indica que el aciago día de los hechos, Joanna, la pequeña que cuidaba Carmelita, cayó, puede ser que por descuido de su niñera-niña y se golpeó la frente, avisaron de inmediato al padre, contador en la mina Yanacocha, que su hija estaba en la clínica y que tenía que ser operada, Kalinin Percy Pereira Díaz fue furioso a su casa y la emprendió a golpes contra la indefensa Carmelita y en el colmo de la violencia le apretó el cuello hasta asfixiarla. Cuando la niña cayó al suelo inconsciente, se asustó y la llevó al hospital donde llegó cadáver. De inmediato y con el poder que le daba su status de trabajador de Yanacocha y de contar con medios económicos, Kalinin Pereira “convenció” primero a médicos y enfermeras y después a fiscales y jueces que Carmelita se había caído en su cocina porque sufría de alguna enfermedad y había muerto, que él no tenía nada que ver. Por supuesto que lo de su hijita quedó en nada porque había sido un golpe sin importancia.
Entonces empezó la maquinaria a repetir que no dejaban ver el cadáver de la niña porque habían descubierto que sufría de un mal que podía contagiar, para después emitir el diagnóstico “embolia pulmonar aguda por embolo metastásico”.
Teófila tenía la certeza de que Pereira y su esposa tenían que ver con la muerte de su Carmelita y empezó su vía crucis por todos los medios de comunicación de Cajamarca. Hasta que se presentó su hada madrina en la persona de la vicedecana del Colegio de Periodistas, Sabina Lescano, quien desde entonces se convirtió en su protectora y juntas empezaron su lucha por alcanzar justicia. También de Iván Salas, presidente del Frente de Defensa de los intereses de Cajamarca y del periodista Andrés Caballero. “Sola no hubiera logrado nada”.
Exhumaron el cadáver de niña
Teófila vendió su terrenito y sus pocas pertenencias, producto de tantos años de duro trabajo, y se vino a Lima donde tuvo que pagar fuertes sumas para que pudieran viajar médicos legistas y ordenar la exhumación del cadáver. “En las noches dormía en el Parque Universitario, pero no me importaba, quería que se compruebe la verdad de la muerte de mi hijita”.
Y la verdad fue revelada cuando los médicos limeños examinaron el cadáver de Carmelita y comprobaron que tenía huellas de golpes en diferentes partes del cuerpo y que había sido asfixiada, dando su diagnóstico final “asfixia mecánica por mano ajena”.
Ante esta evidencia las autoridades judiciales que habían limpiado de culpa a Pereira, tuvieron que cambiar su veredicto y condenarlo por el “delito contra la vida, cuerpo y salud en la figura de homicidio en agravio de la menor Luz Carmela Vásquez Sifuentes”.
Pereira fue condenado a la suave pena de 4 años de prisión y 10 mil soles de reparación civil, ante la apelación del abogado ad-honorem de Teófila, aumentaron la pena a cinco años. Pero por esas cosas extrañas que, suceden, ahora resulta que según la policía cajamarquina, Pereira no es habido y por lo tanto “Estamos recurriendo a todas las instancias para lograr que se haga justicia a esta madre. Hemos tocado las puertas del Congreso de la República y de otras instituciones y así seguiremos, este crimen no debe quedar impune”, dice muy resuelta la periodista Lescano; no puede cumplir su sentencia.
Diario La Primera 20.10.07
Teófila desde su analfabetismo siente lo que es la exclusión, la injusticia, la marginación y el maltrato, pero eso no la ha amilanado sino al contrario le ha inyectado más fuerza para imponerse la titánica tarea de luchar día y noche, como lo hace desde hace siete años, para que la justicia no le siga siendo esquiva y el asesino que mató a su hijita de apenas 13 años, pague su delito y ella pueda al fin lograr algo de tranquilidad.
Y es que desde ese aciago 1 de agosto del 2000 en que le avisaron que su niña Carmelita se había puesto mal y que vaya al hospital regional de Cajamarca, donde crudamente le dijeron que había fallecido, Teófila no ha tenido un momento de tranquilidad.
Mientras enjuga las pocas lágrimas que todavía le quedan recuerda: “no me permitían verla, me exigían que diga de qué mal sufría, les contestaba ninguno, ella es la más sana de mis cinco hijos, nunca enferma, déjenme verla, me botaban fuera de la morgue, de ninguna manera querían que la viera, hasta que empujando entré y la destapé un poquito y pude verla golpeada, con una marca en el cuello y los labios morados, me sacaron a empujones, yo gritaba como loca por mi Carmelita”.
"Ganaba” 100 soles y no estudiaba
Tres meses antes del deceso, una amiga convenció a Teófila para llevar a su hija a trabajar donde la familia Pereira, cuidaría a una pequeña de un año. A la madre no le parecía bien, pero la misma Carmelita insistió: “tú trabajas mucho por nosotros, deja que te ayude”. Y fue asi cómo, en la edad en que la mayoría de niñas se dedican al estudio y al juego que dejó la escuela porque, como muchos, los Pereira querían una doméstica “sin colegio”. Por 100 soles mensuales, Carmelita olvidó su infancia y se dedicó a trabajar.
Todo indica que el aciago día de los hechos, Joanna, la pequeña que cuidaba Carmelita, cayó, puede ser que por descuido de su niñera-niña y se golpeó la frente, avisaron de inmediato al padre, contador en la mina Yanacocha, que su hija estaba en la clínica y que tenía que ser operada, Kalinin Percy Pereira Díaz fue furioso a su casa y la emprendió a golpes contra la indefensa Carmelita y en el colmo de la violencia le apretó el cuello hasta asfixiarla. Cuando la niña cayó al suelo inconsciente, se asustó y la llevó al hospital donde llegó cadáver. De inmediato y con el poder que le daba su status de trabajador de Yanacocha y de contar con medios económicos, Kalinin Pereira “convenció” primero a médicos y enfermeras y después a fiscales y jueces que Carmelita se había caído en su cocina porque sufría de alguna enfermedad y había muerto, que él no tenía nada que ver. Por supuesto que lo de su hijita quedó en nada porque había sido un golpe sin importancia.
Entonces empezó la maquinaria a repetir que no dejaban ver el cadáver de la niña porque habían descubierto que sufría de un mal que podía contagiar, para después emitir el diagnóstico “embolia pulmonar aguda por embolo metastásico”.
Teófila tenía la certeza de que Pereira y su esposa tenían que ver con la muerte de su Carmelita y empezó su vía crucis por todos los medios de comunicación de Cajamarca. Hasta que se presentó su hada madrina en la persona de la vicedecana del Colegio de Periodistas, Sabina Lescano, quien desde entonces se convirtió en su protectora y juntas empezaron su lucha por alcanzar justicia. También de Iván Salas, presidente del Frente de Defensa de los intereses de Cajamarca y del periodista Andrés Caballero. “Sola no hubiera logrado nada”.
Exhumaron el cadáver de niña
Teófila vendió su terrenito y sus pocas pertenencias, producto de tantos años de duro trabajo, y se vino a Lima donde tuvo que pagar fuertes sumas para que pudieran viajar médicos legistas y ordenar la exhumación del cadáver. “En las noches dormía en el Parque Universitario, pero no me importaba, quería que se compruebe la verdad de la muerte de mi hijita”.
Y la verdad fue revelada cuando los médicos limeños examinaron el cadáver de Carmelita y comprobaron que tenía huellas de golpes en diferentes partes del cuerpo y que había sido asfixiada, dando su diagnóstico final “asfixia mecánica por mano ajena”.
Ante esta evidencia las autoridades judiciales que habían limpiado de culpa a Pereira, tuvieron que cambiar su veredicto y condenarlo por el “delito contra la vida, cuerpo y salud en la figura de homicidio en agravio de la menor Luz Carmela Vásquez Sifuentes”.
Pereira fue condenado a la suave pena de 4 años de prisión y 10 mil soles de reparación civil, ante la apelación del abogado ad-honorem de Teófila, aumentaron la pena a cinco años. Pero por esas cosas extrañas que, suceden, ahora resulta que según la policía cajamarquina, Pereira no es habido y por lo tanto “Estamos recurriendo a todas las instancias para lograr que se haga justicia a esta madre. Hemos tocado las puertas del Congreso de la República y de otras instituciones y así seguiremos, este crimen no debe quedar impune”, dice muy resuelta la periodista Lescano; no puede cumplir su sentencia.
Diario La Primera 20.10.07
martes, 18 de septiembre de 2007
LA CORRUPCION
Existen diversas definiciones acerca de la corrupción, entre las que encontramos:
· Conjunto de actitudes y actividades por las cuales los gobernantes y/o los funcionarios no buscan el bien común, para lo que han sido elegidos y/o nombrados en esencia, y se dedican a aprovechar los recursos del Estado para enriquecerse. Enciclopedia Wikipedia.
· Soborno, cohecho. Destrucción de los sentimientos morales, superiores. Perversión, degeneración, vicio. Putrefacción.
Tomando en consideración éstas y otros conceptos, y además en base a la experiencia vivida como país; podemos ensayar una definición que nos aproxime a lo que significa está lacra llamada corrupción.
Todos los estados, al margen de su naturaleza, de una u otra manera, tienen que ver con el comportamiento de la sociedad que dicen representar. Por tanto el Estado tiene que estar al servicio de sus representados.
Entonces, la corrupción viene a ser la utilización de los recursos de un Estado para fines particulares, individualistas en beneficio de terceros, generalmente de los más ricos, en detrimento del interés común de los gobernados y siempre en contra de los sectores menos favorecidos de la sociedad.
La corrupción es un fenómeno que abarca casi todas las esferas del comportamiento y desarrollo humano, se presenta al margen del modelo económico, de sistema político, en el aspecto social, psicológico, moral, ético, cultural, etc; claro que hay sociedades que son más permisivas unas que otras.
También, es un terrible fenómeno que atraviesa a los diferentes estamentos de una sociedad cualquiera; han sucumbido en la cloaca de está epidemia imperialistas, burgueses, ricos, capitalistas, pequeños empresarios, obreros, campesinos, jóvenes, pequeña burguesía, estudiantes, iglesia, sectas religiosas, comunistas, socialistas, derechistas, socialdemócratas, partidos políticos de derecha, izquierda, de centro, ONGs y las diferentes formas organización de la sociedad; en fin, casi nadie se escapa de esta maldita “enfermedad”.
La corrupción como comportamiento humano, tiene sus propios protagonistas, los mismos que se pueden identificar y señalarse:
1. Corruptos: Los transgresores, estos son los principales instigadores de la corrupción, de igual forma son los que obtienen mayores beneficios, económicos, políticos y materiales Casi siempre son los que nunca aparecen y si son detectados generalmente salen ilesos o en su defecto obtienen penas benévolas o éstas ya prescribieron. Además cuentan con mucho dinero que les permite poner de rodillas a los poderes del Estado, a la prensa, la radio, la televisión, a las comisiones de investigación o se compran a sectores de la población que sacan cara por ellos.
Con las ganancias obtenidas contratan a los mejores estudios de abogados, publicistas, periodistas, intelectuales que se encargan de defenderlos en todos los foros nacionales como internacionales. Y hasta cuentan con países y sus presidentes, como el caso del Sha Irán, Marco de Filipinas o de Augusto Pinochet al que lo defendieron con dinero del Estado chileno.
Estos diabólicos personajes, desde el punto de vista psicológico son siniestros, cuya intencionalidad de su accionar es calculado de manera fría y constante. Tiene doble discurso, uno para el público y el otro para la familia y su círculo más cercano. Son hipócritas, cínicos, ocultan deliberadamente información para su protección o para aumentar su poder o chantajear a sus cómplices o enemigos.
Pero, hay otra característica interesante que he empezado a notar en estos personajes; son cobardes, no asumen la responsabilidad de decisiones y actos, casi siempre, cuando son detectados buscan por todos los medios de echarle la culpa a los otros, de forma directa o de manera indirecta, o se parapetan en “yo no estaba informado”, “mi nivel de decisión no corresponde a esos hechos”.
2. Victimas inocentes: Siempre es el pueblo, quien carga con el pasivo de la corrupción, es el llamado a pagar “los platos rotos”. Somos los “beneficiarios” de las costosas pero malas obras y acciones de los corruptos.
Allí tenemos la compra de las medicinas y tractores chinos, que resultaron ser una burda burla para la salud de los más necesitados. Las carreteras que fueron publicitadas por todos los medios pero que al final no fueron ejecutadas como lo mandan las normas técnicas de la ingeniería civil. La adquisición de equipos y material militar sobrevalorados. La desastrosa renegociación de la deuda externa que todos los peruanos tenemos que pagarlas; todos estos costos y muchas más, siempre de siempre recae en las espaldas de los sectores oprimidos de la población.
Allí vemos, como la educación pública de los países corruptos cada vez es más mediocre, la atención en los hospitales del Estado es pésima, deprimente; la seguridad de la población cada vez más al libre albedrío. En Centroamérica, especialmente en el Salvador, Los Marras, bandas paramilitares de lumpenes organizadas (herencia de los contra y de los EE.UU) tienen aterrorizada a la población; sí, a los obreros, campesinos, sectores medios; porque los más ricos están bien cuidaditos por sus ejércitos particulares de protección.
Estás y muchas acciones, que se suponen deben traer mejores condiciones de vida para los de abajo, en realidad las hacen más para dar pie al enriquecimiento ilícito de la corrupción, al final de todo son los pobres los que sufren y pagan estos malos trabajos.
3. Cómplices: Estos actores son individuos de menor jerarquía, aunque también obtienen sus respectivas ganancias, que pueden ser materiales, económicas o de mejor colación laboral, que igual les representa mayores beneficios.
Éstos son utilizados o en su defecto se prestan para el desarrollo de las acciones corruptas; aunque muchas veces son sometidos o chantajeados por su superior, por el temor de ser denunciados o expulsados de su trabajo.
Claro que en muchas oportunidades son los pagadores directos de la corrupción detectada y castigada. Aunque se da el caso que mucho de los cómplices, por la decidía de los sancionadores e investigaciones, son exonerados o son tocados por la divinidad de la impunidad y sus culpas son perdonadas.
4. Jueces impotentes: Son aquellos que tienen poder para tomar decisiones que pueden contribuir a reducir la corrupción. Estos son especialmente, el Poder Judicial, los jefes máximos de las entidades publicas, los investigadores, los auditores, que muchas veces tienen conocimiento y la información pertinente de los actos de corrupción; pero que no denuncian, unos casos por que son cómplices, por chantaje, temor o por que no quieren perder el status quo logrado o por la aspiración de llegar a una mejor jerarquía dentro de la organización con el consiguiente beneficio pecuniario a recibir.
Los jueces impotentes, se convierten en la gasolina que necesita el fuego de la corrupción, para que se mantenga y se propague conllevando a la hoguera al conjunto de la sociedad, es el líquido elemento que proporciona la energía a la perversidad de la corrupción y de la degeneración moral y ética de un país.
5. Observadores independientes: Comúnmente denominado hacerse de la “vista gorda”, es el personaje que no tiene ningún poder de decisión o mando; sin embargo debido al trabajo que desempeña posee información y/o conocimientos de que se están cometiendo actos de corrupción; pero no los denuncia por el temor a no verse comprometido en situaciones que atente contra su estabilidad material y psicológica lograda, también por el temor a cualquier atentado contra su familia.
La corrupción y sus personajes, también, es una de las causas de nuestra mala condición de vida, del exacerbado individualismo, de la pésima educación y salud, pública, del incremento la delincuencia, de la degeneración, prostitución y drogadicción de nuestra población.
Por eso, frente a la corrupción, fenómeno que recorre el mundo y nuestro país, somos los sectores pobres, los obreros, los campesinos, los maestros, pequeños burgueses, intelectuales, los más interesados en enfrentarla, ya que somos nosotros las verdaderas víctimas de este terrible mal; los ricos también lucran con la corrupción.
Para enfrentarle, seguramente existe un conjunto de tareas, pero creo que ahora, lo más importante, es tener plena conciencia de la real naturaleza y esencia de este fenómeno, comprenderlo en verdadera causalidad y dimensión; para lo cual se necesita desentrañar al monstruo por dentro para aplicar la terapia que corresponda.
Quizá una de las mejores alternativas para combatir a ésta, se encuentra desde hace años en el Congreso de la República, se trata de un proyecto de ley presentado por la Contraloría General de la República, que en esencia pretende dar protección legal a aquellos servidores públicos que denuncien actos de corrupción en sus entidades.
Ya es conocido por la comunidad peruana y también por la experiencia internacional, que muchas personas o instituciones que denunciaron a la corrupción salieron mal paradas, destituidos o en prisión; sino acordémonos del Tribunal Constitucional o el famoso caso de las firmas falsa para inscribir partidos políticos.
Autor: Mag. Econ. Mario Canales Castro
jueves, 30 de agosto de 2007
Mi Barrio
Desde el año 1969, por la jubilación de mi Señor Padre, vilmente explotado por la IPC y Petroperú, la familia en pleno tuvo que irse a vivir Piura en Talarita, cerca de los Canales de Regadío Ortiz y Balarezo, de Talara pase a Talarita, cerca de la avenida El "Progreso", casi al frente del Colegio Miguel Cortés, a 6 0 7 km. del centro de la ciudad principal.
El lugar era un sitio habitado por gente pobre con muchas ganas de trabajar, había entre sus habitantes obreros jubilados de la empresa petrolera de Talara, vivían los SEÑORES MAESTROS de escuela pública como los Pajuelo y el profesor Atarama, otros conciudadanos eran panaderos, policías municipales, volqueteros, cargadores de agua, uno que otro pequeño empresario de transporte y zapatería.
Viví en aquel lugar 4 años, era un lugar sin veredas, sin áreas verdes, el agua era mala y salada, las noches eran siniestras por la falta de luz eléctrica, las calles y las casas sobre todo en las tardes se llenaban de polvareda, para evitar este polvo muchos de los lugareños solíamos echar aguas en las pampas, lo que conocíamos como regar.
Aún así, los jóvenes de aquellas épocas tratábamos de hacer algo, recuerdo que fundamos los Clubs Juventud en Orbita y el Deportivo Manco Inca, por iniciativa propia y el Club San Martín de Porres bajo la dirección del sacerdote de la Parroquia. Desde estas organizaciones juveniles intentábamos de hacer algo para mejorar la presencia de nuestros barrios, vaya que logramos por lo menos que los mayores fueran más cuidadosos con los hijos.
En 1974, mi familia se desplaza a Lima y yo con ellos, de paso venía a la Capital para postular a la Universidad. Luego, dentro de la óptica de conocer que pasa en el "Perú profundo" (términos que tanto odia el ultraliberal Mario Vargas Llosa), decidí después de 12 años regresar a Piura, necesariamente fui a mi barrio, a visitar a mi amigo Javier Gonce, gran amigo, de esos que ya no hay; triste fue encontrarlo igualito, con los mismos males y hasta quizá más agudos que en antaño, ya no había el Canal, ahora era un centro poblado que llega hasta la ribera del Río Piura, por un lado y por el otro, la población colinda con los terrenos del Aeropuerto y de la Fuerza Area del Perú .
La visita en ese año me condujo a escribir un breve artículo, más era una reflexión como quien dice "los papeles perdidos", no terminaba de entender como el movimiento y el tiempo se había detenido en estos lares.
En la tercera semana de agosto de 2007, he regresado a visitar nuevamente a Talarita-Piura, vale decir a los 33 años o 396 meses, ósea una eternidad.
Aproveche para ver como este lugar no sólo se había detenido en el tiempo sino que hasta había retrocedido ante el avance de la humanidad, de la ciencia y tecnología; mis ojos no podían dar fe de lo que estaban mirando; sentía que la vida no había transcurrido, sólo sentía junto a Javier que los años se nos vinieron encima.
Siguen las calles sin asfalto, no hay veredas, no existen calzadas, el agua mala, saladísima y con impurezas, el alumbrado eléctrico ha mejorando en algo, es menos tenebroso, pero la gente se camina con desconfianza, con temor, la presencia de las casas es deprimente, se nota la miseria material. El Colegio Miguel Cortés está cercado de tal manera que más parece una cárcel en la que están recluidos los peores delincuentes, no se ve la algarabía de los estudiantes en los recreos como en antaño.
Un hecho me produjo espanto, cuando le dije al taxista del tico que me llevara al lugar, éste me contesto que no iba por esos lugares, por que Talarita se había convertido en territorio de las pandillas, él había sido víctima de un intento de asalto, me enseñó el cuello y en la parte de la yugular tenía una evidente cicatriz, era la muestra de un corte de pico de botella. Felizmente, el conductor entendió que necesitaba que me llevara y así lo hizo.
El hecho narrado por el taxista, se lo conté a mi amigo Javier, quien me ratifico que después de las 18:00 horas, sólo entran taxis a su sitio, los choferes valientes o aquellos que portan arma, ya que generalmente éstos son asaltados, heridos y en otros casos los encuentran hasta muertos.
Javier que es una persona inteligente, con buen sentido común, me manifestó que las autoridades de la zona, los alcaldes, regidores y toda laya de jerarcas no les interesa la vida de sus vecinos; Mario, me dijo, creo que ni Dios se acuerda de nosotros, vivimos porque tenemos que vivir, qué podemos hacer.
En estos 33 años que han transcurrido, han pasado en el país, diversos gobiernos, civiles, militares, dictaduras, democráticos, represivos, demagógicos, con parlamento, sin parlamento, proteccionistas, liberales, ultraliberales, participativos, corruptos, gananciosos; pero existe una sola verdad, que los pueblos del interior del país son cada vez más pobre, más abandonados a su suerte, más incultos; perecieran que no tienen ni destino ni futuro.
A pesar de los modelos de gobierno y modales estatales, de estos últimos 33 años y también los anteriores, de seguro que los alcaldes, regidores, ministros, presidentes, magistrados, banqueros, inversionistas nacionales y extranjeros, las castas militares, son cada vez más ricos; pero no sólo eso, mantienen para el futuro sed insaciable de las ganancias.
El lugar era un sitio habitado por gente pobre con muchas ganas de trabajar, había entre sus habitantes obreros jubilados de la empresa petrolera de Talara, vivían los SEÑORES MAESTROS de escuela pública como los Pajuelo y el profesor Atarama, otros conciudadanos eran panaderos, policías municipales, volqueteros, cargadores de agua, uno que otro pequeño empresario de transporte y zapatería.
Viví en aquel lugar 4 años, era un lugar sin veredas, sin áreas verdes, el agua era mala y salada, las noches eran siniestras por la falta de luz eléctrica, las calles y las casas sobre todo en las tardes se llenaban de polvareda, para evitar este polvo muchos de los lugareños solíamos echar aguas en las pampas, lo que conocíamos como regar.
Aún así, los jóvenes de aquellas épocas tratábamos de hacer algo, recuerdo que fundamos los Clubs Juventud en Orbita y el Deportivo Manco Inca, por iniciativa propia y el Club San Martín de Porres bajo la dirección del sacerdote de la Parroquia. Desde estas organizaciones juveniles intentábamos de hacer algo para mejorar la presencia de nuestros barrios, vaya que logramos por lo menos que los mayores fueran más cuidadosos con los hijos.
En 1974, mi familia se desplaza a Lima y yo con ellos, de paso venía a la Capital para postular a la Universidad. Luego, dentro de la óptica de conocer que pasa en el "Perú profundo" (términos que tanto odia el ultraliberal Mario Vargas Llosa), decidí después de 12 años regresar a Piura, necesariamente fui a mi barrio, a visitar a mi amigo Javier Gonce, gran amigo, de esos que ya no hay; triste fue encontrarlo igualito, con los mismos males y hasta quizá más agudos que en antaño, ya no había el Canal, ahora era un centro poblado que llega hasta la ribera del Río Piura, por un lado y por el otro, la población colinda con los terrenos del Aeropuerto y de la Fuerza Area del Perú .
La visita en ese año me condujo a escribir un breve artículo, más era una reflexión como quien dice "los papeles perdidos", no terminaba de entender como el movimiento y el tiempo se había detenido en estos lares.
En la tercera semana de agosto de 2007, he regresado a visitar nuevamente a Talarita-Piura, vale decir a los 33 años o 396 meses, ósea una eternidad.
Aproveche para ver como este lugar no sólo se había detenido en el tiempo sino que hasta había retrocedido ante el avance de la humanidad, de la ciencia y tecnología; mis ojos no podían dar fe de lo que estaban mirando; sentía que la vida no había transcurrido, sólo sentía junto a Javier que los años se nos vinieron encima.
Siguen las calles sin asfalto, no hay veredas, no existen calzadas, el agua mala, saladísima y con impurezas, el alumbrado eléctrico ha mejorando en algo, es menos tenebroso, pero la gente se camina con desconfianza, con temor, la presencia de las casas es deprimente, se nota la miseria material. El Colegio Miguel Cortés está cercado de tal manera que más parece una cárcel en la que están recluidos los peores delincuentes, no se ve la algarabía de los estudiantes en los recreos como en antaño.
Un hecho me produjo espanto, cuando le dije al taxista del tico que me llevara al lugar, éste me contesto que no iba por esos lugares, por que Talarita se había convertido en territorio de las pandillas, él había sido víctima de un intento de asalto, me enseñó el cuello y en la parte de la yugular tenía una evidente cicatriz, era la muestra de un corte de pico de botella. Felizmente, el conductor entendió que necesitaba que me llevara y así lo hizo.
El hecho narrado por el taxista, se lo conté a mi amigo Javier, quien me ratifico que después de las 18:00 horas, sólo entran taxis a su sitio, los choferes valientes o aquellos que portan arma, ya que generalmente éstos son asaltados, heridos y en otros casos los encuentran hasta muertos.
Javier que es una persona inteligente, con buen sentido común, me manifestó que las autoridades de la zona, los alcaldes, regidores y toda laya de jerarcas no les interesa la vida de sus vecinos; Mario, me dijo, creo que ni Dios se acuerda de nosotros, vivimos porque tenemos que vivir, qué podemos hacer.
En estos 33 años que han transcurrido, han pasado en el país, diversos gobiernos, civiles, militares, dictaduras, democráticos, represivos, demagógicos, con parlamento, sin parlamento, proteccionistas, liberales, ultraliberales, participativos, corruptos, gananciosos; pero existe una sola verdad, que los pueblos del interior del país son cada vez más pobre, más abandonados a su suerte, más incultos; perecieran que no tienen ni destino ni futuro.
A pesar de los modelos de gobierno y modales estatales, de estos últimos 33 años y también los anteriores, de seguro que los alcaldes, regidores, ministros, presidentes, magistrados, banqueros, inversionistas nacionales y extranjeros, las castas militares, son cada vez más ricos; pero no sólo eso, mantienen para el futuro sed insaciable de las ganancias.
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