Después de algún tiempo, creo que luego de un año, he regresado nuevamente a Piura, pude ver con mayor detenimiento uno de los mas serios de problemas, el caótico transporte público.
Me refirió al desplazamiento de las personas por medio de la moto lineal (de dos ruedas). En este medio de transporte, el chofer cuando esta libre, va con otro casco de protección en la mano que tiene como destino al próximo pasajero, sea éste, niño, joven, hombre o mujer; hace el arreglo y el pasajero sube, la moto arranca hacia el lugar señalado por el pasajero. Tengo entendido, que dependiendo del lugar, el pasaje varia de S/. 0.50 a S/. 1.50, sin importar el tipo de pasajero.
Los antecedentes de este “forma” de transporte data desde 1998, como consecuencia de las lluvias productos de Fenómeno “El Niño”, la ciudad quedó completamente inundada lo que hacia imposible el transporte por los diferentes lugares de esta Ciudad; entonces ante la eventualidad apareció la inventiva popular, el transporte a través de la moto lineal, que era más accesible, fácil y barata, cerca de 2,000 a 2500 motociclistas que desde su óptica intentaban solucionar el problema de transporte y sus ingresos. Pasó El Fenómeno de “El Niño”, cesaron también las lluvias, la vida recobró cierta normalidad, pero los motociclistas del transporte lineal no desaparecieron al contrario el número se incremento, en la actualidad se calcula cerca de 3,500 personas dedicadas a esta tarea.
Porqué no desaparecieron los transportistas de moto lineal?, en la respuesta se conjuga una serie de argumentos siniestros; uno de ellos, es que en Piura, existe una gran desocupación, entonces hombres y mujeres, jóvenes y adultos vieron en esta actividad una alternativa para solucionar su desempleo, el subempleo o el empleo mal pagado, que es una generalidad. Lo empezaron a ver como una alternativa de ingresos permanente para hacerle frente a la aguda crisis económica que desde tiempos inmemorables vienen sufriendo.
Otro argumento, desde el punto de vista de la población, ésta considera que si bien existe mucho riesgo en el desplazamiento porque las unidades son débiles y precarias, lo utilizan, ya que el costo del pasaje no es tan caro como abordar un taxi o mototaxi (de tres ruedas), además las combis, también hacen lo que se les da la gana con los pasajeros y ninguna autoridad se preocupa por hacer nada.
Conversando, con un piurano que trabaja en este perverso servicio, me manifestaba, lo hago porque no encontraba trabajo y que ésta es una alternativa a la falta de un buen empleo; me decía, en Piura hay unas cuantas fabriquitas, la mayoría de gente se dedica a ser vendedores ambulantes o de pequeñas mercancías, la agricultura esta en crisis y además pagan requete mal, muy poco. Los empresarios que tienen trabajadores hacen los que se les daba la gana, nadie les puede decir nada, el trabajador que reclama de inmediato lo botan, te hacen trabajar más de 8 horas, pero no te pagan horas extras, imagínate si no lo hacen en Lima, en Piura peor.
Pero los empresarios, se dan la gran vida, viven a cuerpo de rey; en el Club Grau se dan grandes fiestones, banquetes, con derroche de dinero, wiskyi, ellos tiene todo, carros del año, no les pasa nada. Mira por ejemplo, Dionisio Romero, estuvo con Fujimori y Montesinos, y con los Yanquis, ahorita esta con el Gobierno, sigue ganando y ganando, hace lo que se le da la gana y no le pasa absolutamente nada, está es su paraíso, de mano de obra barata y todas las leyes a su favor.
Javier expresaba, mira acá en Piura, hay empresas que se dedican a procesar pota, esta en Castilla, cerca de Talarita, por el río, por donde era tu barrio; los dueños son japoneses, coreanos y chilenos, tiene aproximadamente 1,500 trabajadores, casi todos son contratados no están en planillas; antes estuvieron en un service, había trabajadores con más de 4 años de servicios, simplemente se fue y a ninguno le pagaron sus beneficios sociales; ahora, siguen igualito nomás, sabes a cuanto les pagan la hora, a S/. 3.00, sí no te miento, paisano, a S/. 3.00, gua carajo, que son bien desgraciados los malditos.
Cuando a los ricos les reclamos nuestros derechos laborales, sencillamente al día siguiente ya no nos dejan entrar a trabajar; el vigilante se encarga de decir que la persona esta despedida y que ya le pagarán. Muchas personas van a reclamar ante las autoridades; simplemente no pasa nada, de nada, los pobres solo contamos cuando necesitan nuestros votos y una vez emitidos solo recibimos las espaldas, la indiferencia y cuando no, represión por pedir lo justo.
Pasando a otro aspecto de la vida piurana, con Javier y su familia converse, mientras caminaba por el Distrito de Castilla, pero también hablaba con los chóferes de los taxis que abordaba; todos me manifestaban, con pena y resignación, que desde el Grupo Aéreo hasta el Barrio el Indio, las calles laterales de las Avenidas Progreso y Grau, se habían convertido en inhabitables, debido principalmente al problema de la delincuencia y la dogradicción. Son frecuentes que consumidores y vendedores de drogas pululen por ellas. Para nadie es un secreto que estos lugares se han convertidos en fumadores de las peores sustancias tóxicas, que no solo hacen daño a los consumidores sino principalmente a la población, son lugares de permanentes escaramuzas, peleas, conflictos; dando origen a que los personas honradas y honestas vivan en constante intranquilidad.
Los viernes por la noche, sábados y los domingos, son los peores días para la población, todos los males se juntan y salen a relucir, al compás de la música chicha y tecnocumbia, músicas y letras que solo reflejan la descomposición moral y ética de sus compositores, intérpretes, fomentadores y auspiciadores.
Después de cada una de estas fiestas se presentan las peleas, los enfrentamientos entre bandas de forajidos, delincuentes y lumpenes, los cuchillos, chavetas y armas de fuego son exhibidas y utilizadas sin el menor reparo, quedando la población a merced de la inseguridad total.
He sido testigo, después de más de 30 años, como ha crecido la población por estos lugares; las condiciones de la viviendas, sobre todo de las llamadas barriadas son degradantes, sólo se respira mucha pobreza, la mayoría de la gente tiene trabajo de medio pelo o en su defectos son vendedores callejeros o ambulantes, en cada cuadra por lo menos existe una pequeña tienda, con un promedio de dos personas que atienden, con la que tratan de obtener algunos ingresos que les permita enfrentar la difícil vida diaria.
Siento y pienso, que en Piura, sobre todo en mi barrio; la pobreza, la explotación, la humillación se han ensañado bárbaramente, tienen a la población atenazada; sin embargo, por allí dicen que estamos mejor que antes, puedo asegurar que quienes dicen esto, sencillamente no conocen la verdadera realidad de nuestro pueblo o mienten descaradamente.
miércoles, 8 de octubre de 2008
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